
Nuestro
Carisma es un don
que Dios ha confiado a
nuestra Fundadora,
la Beata María de la Pasión.


Ella lo acogió,
lo vivió y
nos lo transmitió.
Hoy, nosotras
tratamos de vivirlo
en forma siempre nueva,
en fidelidad al
Espíritu del Señor.
Nuestra
espiritualidad es
franciscana.
Queremos seguir a
Cristo a la manera de Francisco de Asís,
en la sencillez, la
minoridad y la alegría.

Somos
misioneras,
consagradas a la
misión universal.

La eucaristía y la
oración
de adoración
centran nuestra vida
misionera.


Con Cristo muerto y resucitado,
participamos en el Misterio Pascual.
Con Él,
ofrecemos
nuestra vida, núcleo de
nuestro Carisma,
para que se realice en el mundo
el designio de amor del Padre.
Como María,
que fue plenamente disponible
al Espíritu,
queremos decir
"Heme aquí la servidora..." y "Sí"
a lo imprevisible de Dios.